martes, 23 de octubre de 2012

MORIR EN EL GOLFO



MORIR EN EL GOLFO



Autor: Héctor Aguilar Camin
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Descripción:


La violencia como infalible método político, el espacio inasible del amor, las negociaciones incomprensibles para el ciudadano alejado del poder y la corrupción como lenguaje generalizado son algunos de los elementos que se entretejen en esta novela con la que Héctor Aguilar Camín transita sin concesiones, por la vida cotidiana de este país.
No ha habido todavía un secretario de sección del sindicato petrolero llamado Lázaro Pizarro. Tampoco un presidente municipal de Chicontepec que haya respondido al nombre de Francisco Rojano. No ha periodista conocido o reconocido en los diarios de la Ciudad de México que haya escrito, durante el lapso que incluye esta novela, una columna desde la que haya denunciado los hechos que aquí se cuentan. El estado de Veracruz no conoce fincas que respondan a la descripción y al nombre del complejo agropecuario La Mesopotamia, cuyo auge es tema parcial de este relato. En vano buscara alguien en Poza Rica una construcción similar a la aquí bautizada como Quinta Bermúdez. Aunque no le han faltado conflictos, la sección petrolera de la refinería de Azcapotzalco nunca ha tenido las elecciones violenta que le atribuye cierto pasaje de esta novela. Los flamboyanes incendiados que otro pasaje pone en la plaza del pueblo de Chicontepec proviene de la muy distante ciudad de Chetumal, en el sureste, y la descripción misma  de Chicontepec difícilmente podría responder a la realidad, habida cuenta  que el autor no ha puesto un pie todavía en el poniente veracruzano. Los personajes reales que aquí se tejen con los ficticios guardan con sus modelos la única coincidencia del nombre, porque son, en lo demás, construcciones también imaginarias. Finalmente, los anales de  la facultad de Ciencias Políticas de la UNAM no recuerdan el nombre, lo ojos o la figura, de otro inolvidable, de Anabela Guillaumin.
Admitida la falsedad  de estos recursos instrumentales – y de otros- puedo decir, sin embargo, que todo lo que estas páginas se narra es muy probablemente exacto y verdadero, la transcripción arbitraria pero escrupulosa de una dura e insuperable realidad.

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